Como ya estoy viejo y comenzaba a envejecer en el útero decidí salirme pues, y como soy bien paranoico lo planeé con meses de antelacion hasta que por fin me decidí a salirme a la brava, mis papás como era de suponer hicieron lo que pudieron para retenerme, la principal preocupacion era obvia ($$$) pero como en el trabajo ya gano bien (a secas) puedo vivir por mi cuenta sin morir de hambre, comprar libros y ropa de vez en cuando, y tener internet de 2 megas sin sacrificar nada más.

Lo principal a vencer era el miedo, miedo irracional, miedo al cambio,aunque como sabemos todo pasa, justo después de la fiesta de bienvenida todo se fue y quedó la pura paz y tranquilidad, como mis roomies andan llegando siempre hasta pasadas las 10 p.m. (no sé para que quieren casa aparte si nomás llegan a dormir, dice mi mamá) tengo tiempo mas que suficiente para disfrutar del silencio y la soledad, lo mas parecido al Tibet si no fuera por el ruido de los camiones, la televisión de paga y el internet que no se paga (en lo que nos ponen el chido).

Hace días comence a notar algunos guiños, quizá del destino. Estaba acomodando mis libros despues de limpiarlos y de uno de ellos cayó un billete de $500, el libro era Los premios (joder...) de Cortazar, sin comentar que a unos metros de mi depa cruza con la calle Libertad, no se en qué momento se me atravesó la libertad, creo que fue hace tiempo, esto es solo un recordatorio.






Cábala barata

La libertad es simplemente no arrastrar cadenas, lo de menos son las pachangas y la promiscuidad, puedo decir que nunca había estado tan tranquilo ni cerca de mi familia, apenas comienza lo bueno.