Una vez era el más popular del salón, todos reían de mis chistes, me saludaban en los pasillos, buscaban mi amistad, reían de todos mis chistes; me hacían sentir VIP, pero en ese momento todo me molestaba, todos se me hacían muy pendejos y anticuados, ególatras, outsiders, me ponía de malas muy fácil, agredía fácilmente, abusaba de buenas voluntades.
Estaba más solo que nunca
Cuando eres la minoría absoluta, o sea el único que piensa/dice/opina/le va a x equipo tienes todas las de perder.
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