Festival extremo

Tan solo hay que estar en el momento adecuado y con la persona indicada.

Cortesías, conocidos, cámara, baterías agónicas.

Sigue al conejo Alicia (3:00PM):
A bordo del 380 y habiendo llegado previamente solo en carro, ignoramos como se llega a Calle 2, pero la solución es la de siempre, tan solo hay que seguir a la gente extraña, convenzo a Sussie para que le pregunte a un par niñas raras si van a nuestro mismo destino.

Nunca Falla.

La ventaja/desventaja de vivir en un rancho de asfalto es que siempre la ronda la misma tribu.

Escenario Budweiser:
Nada interesante.


Stand alcohólico:
Chelas interesantes.

Escenario Psycho (no recuerdo si era el nombre):
Dj hermosa, beats aceptables, cambio de estafeta, sampleo brutal de Enjoy the silence hace a todos abandonar la apatía y sentir la piel como cuando se abandona la sobriedad.

Salida:
Acompaño a mi acompañante que ya se retira solo para encontrar viejos conocidos.
Escenario Budweiser:
Becker, platica, minutos, alcohol, viejos conocidos, Quiero club, minutos mas cortos, mas alcohol, intercambios, bromas, nuevos desconocidos.


Despedida.

Dos pasos fuera del escenario:
Gritos a mi espalda ¡Ese de azul, escritor...! demás cosas que no entiendo ¡Oliverio! ¿Es a mi? compañeros/amigos de Civilmotion.


Escenario punketo-darketo-diabolico:
Mas chela, no hay chamba para fotógrafos aun, nos movemos.

Backstage:
Todo esta en el argumento y la mirada, encuentro cercano y furtivo con Quiero Club, partimos.

Cuanto alcohol.

Estacionamiento:
Chela con Sprite, joint, ida frustrada por caguas, regreso, volvemos a la salida que ahora parece entrada, mas conocidos, hielera ambulante, whisky gratis, cargadisimo.

Y así por horas, escenarios, conocidos indeseables, amigos, tragos, charlas, Fidel Nadal (¡asco!) dogos, chelas por chescos, echarse en el pasto a descansar, hay que rematar.


Backstage:
Apretón de manos con León Larregui & Co. todo es muy rápido, zona VIP, hay que saltar la valla.

Surcando los intransitables metros mas cercanos antes del escenario, arriesgando el pellejo por ver la actuación de cerca no vale mi vida, incluso estuve punto de fallecer entre empujones, habrá sido unas 47 veces, me alejo a distancia prudente pudiendo apenas divisar las proyecciones, que para colmo eran las mismas que las vista en la Arena ChFG (Chente Fernandez Gómez).

Salvaguardando mi vida y acodándome el suéter fuera del escenario:
Janny, la saludo gozando de una envidiable sobriedad, cantamos, damos cuentas, nos sentamos, hay que irse, el cuerpo cobra, despedida, abrazo, hasta siempre.

Imposible saber la hora.