Hace días
Estaba plácidamente esperando el camión junto a un par de telefonos públicos, uno de tarjeta y uno de monedas, cuando pronto el de monedas comenzó a sonar.
¡RING-RING!
¡La mierda!
Si algo me han enseñado las peliculas, es precisamente ¡que lo peor que puedo haceren mi vida es contestar un
telefono público de monedas!
¿Por que?
¡Fácil güeyes!
¡Porque me va a llevar la chingada!
Va a estallar, una voz siniestra me hara mas o menos las amenazas de Scream, sere parte de algun programa a la
Candid Camera o eventualmente seré parte de alguncomplot que pondra al descubierto alguna red corrupta del
FBI (bueno, yo nomás repito lo que sé)que pondrá en peligro mi vida y al mundo en vilo.
Así que acto seguidó decidí ahogar el panico con una sonrisa y treparme a la ruta 63 con la celeridadpropia de
quien huye de su aniquilamiento.
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